Concorde
En el 2003 el 'Concorde' dejó de surcar los cielos. El primer avión supersónico comercial no pudo superar los efectos de la crisis aérea provocada por los atentados del 11-S y las compañías Air France y British Airways empezaron a perder a los viajeros del 'pájaro blanco' dispuestos a desembolsar alrededor de 5.000 euros por billete. A la lista de sus ilustres pasajeros -Margaret Thatcher, la reina de Inglaterra y el Papa Juan Pablo II, entre otros- se unieron el 1 de julio de 1988 los nombres de 400 castellanos y leoneses que, gracias a los llamados 'viajes sociales' de la cooperativa azucarera Acor, pudieron sentir en primera persona la sensación de volar a 2 .405 kilómetros por hora.
Su destino no era en aquella ocasión Nueva York, sino la isla de Gran Canaria. Para ello, Acor destinó alrededor de treinta millones de las antiguas pesetas. «Acor pasa la barrera del sonido», rezaba un anuncio de media página en EL NORTE DE CASTILLA del 5 de julio de 1988. «Siguiendo una carrera más rápida que la del Sol, a dos veces la velocidad del sonido, han volado hacia Canarias nuestros socios con el único fin de que puedan disfrutar también de las técnicas aeronáuticas más avanzadas del momento», decía el texto que acompañaba aquel titular.
Y así fue. 200 socios y trabajadores de la cooperativa vallisoletana subieron al 'Concorde' el 2 de julio de 1988 en el aeropuerto de Villanubla -100 en un vuelo por la mañana, y otros 100, por la tarde- para iniciar una estancia de once días en la playa del Inglés. A su llegada al aeropuerto de Gran Canaria, otros 200 cooperativistas que ya habían disfrutado de sus vacaciones en la isla se subieron al mismo 'pájaro blanco', también en dos turnos, rumbo a Valladolid.
Eusebio Peláez, vallisoletano de Villanueva de Duero, fue otro de los socios agraciados con uno de estos viajes 'relámpago'. «No recuerdo mucho de aquel viaje, sólo que se iba muy bien y muy rápido. También me acuerdo de que el piloto nos dijo que iba a dar una vuelta más despacio por encima del Teide para que pudiéramos verlo desde el aire. Pero por muy despacio que quisiera ir, con lo rápido que era ese avión fue muy difícil ver nada».
Una pieza de museo
Aquel avión, el 'Sierra Delta', descansa hoy en el Hall Concorde del Museo del Aire y el Espacio de la localidad francesa de Le Bourget, junto al primer prototipo (001) F-WTSS.
El 14 de junio del 2003, el 'Concorde', con matrícula F-BTSD (con el número de serie 13), despegó por última vez del aeropuerto de Roissy (París) en dirección a Le Bourget. Antes de aterrizar efectuó un vuelo en bucle sobre el Atlántico. A continuación, el general Marc Alban, director del Museo del Aire, recibió a Jean-Cyril Spinetta, presidente de Air France, que entregó oficialmente al museo este avión. El 'Sierra Delta' entró en la flota de la compañía el 9 de mayo de 1980 y tiene en su posesión el mayor número de récords: el récord de velocidad comercial alrededor de la Tierra hacia el oeste, en octubre de 1992, y el récord alrededor de la Tierra en sentido inverso, en agosto de 1995. Realizó 11 vueltas al mundo. En total, este aparato voló 12. 974 horas y realizó 5.136 vuelos.
El Concorde también visitó Tenerife
El Concorde, el avión comercial más rápido de la historia, aterrizó por primera vez en el Aeropuerto de Tenerife Sur el 15 de agosto de 1990. Desde 1994 hasta 2002, este avión comercial visitó cada año en dos ocasiones el Tenerife Sur.
Hasta siempre Concorde
1 comentarios:
Bonito y buen pájaro, que pena su desaparición
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